8 de marzo de 2012

1. Marzo

Ya decía yo que tanta perfección no podía ser real, ¿cómo podía tener yo tanta suerte al encontrar a alguien como tú? No era posible.
Todo empezó un jueves por la tarde. El plan ideal: salir de clase y pasar la tarde en el parque; quedamos en que allí lo que surgiese ¿no?
Sería la cuarta vez que nos veríamos. Pero esta vez sería diferente, sería especial.
Nos saludamos entre sonrisas tontas, el silencio nos invade, solo los comentarios del grupo consiguen romper este momento. Después de un cuarto de hora sin saber que hacer ni que decir, solo cruzamos miradas, cómplices, esperando a que uno de los dos diese el primer paso.
Todo gracias a ella. Decidió que lo mejor era ponerse los cascos con la música a todo volumen. "Yo no estoy" dijiste; amiga, sabes que eso no iba a funcionar, pero aún así... te lo agradezco.
Unos simples chicles, mi única esperanza. Camino al kiosco, conversaciones de besugo, como tema principal: las clases.
Decido que ya es el momento, que no puedo esperar más, la última oportunidad se me escapaba entre los dedos y entonces las palabras salen casi susurrando de mi boca, deslizándose por mis labios y digo lo único que se me ocurre: "Tengo algo que decirte, y confío en que no se lo digas a nadie"
El sí rotundo se escapa a través de tu sonrisa. Y el mundo se para cuando un abrazo de esos que no quieres que se acaben nos une. "Eres el primero" digo, sin más preámbulos, sin más tonterías, sin más esperas, sin más...
Y es cuando dices esas tres palabras que atravesaron mi alma: "Cierra los ojos"
Eso hago, los cierro y bajo la sombra de un naranjo a las siete y media de la tarde del primer día de Marzo nos unimos, en un profundo e inspirador beso.


La magia se acaba cuando no siento nada. Todo ese sueño que tenía desde que supe el significado de la palabra amor, se esfuma como el humo de un cigarro que se consume lentamente. Aquello por lo que luché por mantener hasta el momento justo desde niña, se termina y me doy cuenta de que me equivoqué y que me he traicionado a mi misma haciendo algo que nunca imaginé que llegara a pasar.
Abro los ojos, ya pasó.
Y ahora solo me queda fingir que fue "bonito", tal y como pensé que sería, aunque por dentro me esté muriendo de rabia por perder algo que nunca podré recuperar con alguien a quien no amo, ni amaré jamás.